sábado, 10 de septiembre de 2011
viernes, 9 de septiembre de 2011
El valor de lo político
En demasiadas ocasiones se percibe cómo el compromiso político se convierte en una especie de “militancia de fe” reducido a la anotación de un DN, la firma de un documento, y la esperanza de que ese gesto de adhesión nos abra las puertas del paraíso. Se transmuta así lo que debería ser un compromiso con los intereses generales, en una clara expresión de individualismo que, de manera paradójica, garantiza lealtades inquebrantables y multitudinarias porque lo que une es la inmediatez del beneficio particular o su expectativa futura.
Frente a eso, se dibuja otro panorama nada alentador en el que la conciencia cívica se limita a ejercer el papel de votante cada cuatro años –pensando fundamentalmente en lo económico– y donde la participación ciudadana queda en el ámbito de la representación.
Por eso es importante reivindicar el valor del compromiso político, el valor del esfuerzo compartido, el valor de los intereses generales, el valor de lo Público. La democracia, dice Peces Barbas, no puede ser sólo una formalidad, debe ser, también, una realidad, gobierno del pueblo, participación de los ciudadanos. Significa hacer que se esfume el vacío entre gobernantes y gobernados a través de la educación para la libertad, la igualdad, la solidaridad y la seguridad. Sólo a través de la educación para la libertad, la igualdad, la solidaridad y la seguridad. Sólo a través de esa educación cívica se desvelan los valores de la ética pública y los comportamientos acordes con la ciudadanía y con los derechos humanos.
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